Los niños y jóvenes con dificultades de comportamiento a menudo presentan un comportamiento disruptivo, comportamiento antisocial, agresión y dificultades para mantener relaciones.

En nuestra experiencia, los niños y jóvenes con dificultades de comportamiento requieren entornos especialmente diseñados. A menudo necesitarán grupos más pequeños con compañeros conocidos, donde se les pueda ofrecer apoyo adicional. La estructura y la rutina también pueden ser cruciales.

Como ocurre con muchas necesidades educativas especiales, el nivel de apoyo necesario para las dificultades de comportamiento puede variar significativamente. En casi todos los casos, los niños y jóvenes con dificultades de comportamiento requieren una oferta educativa especial. A menudo, es apropiado buscar el apoyo adicional de un diagnóstico de Necesidades Educativas Especiales o un Plan de Salud y Atención Educativa.