OPTACOM
Por Paola Daniela Pérez Ale.
El Optacom es pionero en los equipos tiflotécnicos. Fabricado por Telesensory Systems.
Era una aparato compacto, portátil que requería mucho entrenamiento y sensibilidad en los dedos. Quedan muy pocos en uso porque a lo largo de los años han ido fabricando nuevos dispositivos mas ligeros y de uso mas fácil. Además de ser muy dificultosa su reparación por falta de piezas para reemplazar.
Permitía el acceso a la letra impresa sin intermediarios a los ciegos y sordociegos. Consistía en la transformación del texto impreso en vibraciones perceptibles al tacto a través de la luz.
La gran ventaja era que permitía a una persona ciega usar un diccionario en tinta, considerando la dificultad que conlleva transportar un diccionario en braille por su volumen. La desventaja es que procesaba 80 palabras por minuto, siempre que la persona tuviese experiencia en su uso.
Experiencia aportada por Miguel Mesquida Femenía
Como ya sabemos que, durante la vida de los ciegos, han ido evolucionando las formas de lecturas y afortunadamente la tecnología nos ha ido abriendo un camino muy importante hacia la lectura.
A principio de los años 80 se inventó este innovador aparato llamado Optacón. El cual lee en forma de vibración y en relieve a la vez.
Fue una revolución tecnológica en la lectura, que nos abría un mundo más cercano a la lectura de caracteres tanto letras mayúsculas como minúsculas y todas aquellas que nos rodean hoy en día. Como, por ejemplo, cursiva negrita subrayado, etc. Esto nos permitió dar un paso gigantesco para poder leer libros en tintas, revistas, periódicos, cartas etc.
Funciona gracias a una mini cámara óptica la cual va pasando por encima de las líneas de un libro. Cuando va recorriendo, van apareciendo en una base donde deposita el dedo de la mano izquierda y con la otra mano recorre con la mini cámara, a la vez que van reproduciendo los caracteres en relieve y con la vibración vas leyendo un libro. Era capaz de leer los caracteres en colores cambiando de foco.
Su gran ventaja es que podía regular el tamaño de los caracteres y la intensidad de la vibración.
En su momento, esto tuvo mucho éxito, pero no todo el mundo ha podido llegar a alcanzar una buena lectura por varias razones, entre ellas que es muy costoso y lento. En aquellos años valía un millón de pesetas.
Además, al estar mucho rato con el dedo en la misma posición, este se iba adormilando ya que las vibraciones son como unos pinchazos o, mejor dicho, son como sensaciones de calambres. Leer era una tarea de paciencia y por supuesto sin prisa.
En mi caso, les puedo contar que, leyendo una entrevista del director general de la Once en una revista en tinta, estuve 3 horas para leer media página, esto lo dice todo.
Pero también es cierto que hay personas que leían con más habilidad y facilidad.